Siempre he sentido admiración por los ilustradores. Aquellos que con unos sencillos trazos en el papel son capaces de descubrirnos todo un mundo de adormecidas fantasías que pensábamos que ya no volvería a despertar en nuestra mente, una adulta y sobrecargada mente de vivencias muchas veces cotidianas y rutinarias.
Los refrescantes dibujos de Pierre Buffin [compañía BUF] -gran técnico de efectos especiales para el cine- sobre personajes escogidos de la naturaleza, todo un universo sin salir del jardín, son refrescantes y sugerentes. Flores, gusanos, libélulas más veloces y maniobrables que los helicópteros modernos, arañas que entregan mensajes, ciudades de coleópteros que se mueven como los taxis de Nueva York.
En la segunda entrega de Arthur y los Minimoys - Arthur y la venganza de Maltazar- no solo podemos encontrar multitud de referencias a la vida en el campo, sino que también se filtran lecciones sobre la importancia de preservar la naturaleza y conservar con vida incluso a las insignificantes abejas, que por cierto son una especie protegida en la práctica de la jardinería.
Las modernas tecnologías de animación y 3D nos sumergen en un secreto paisaje a dos milímetros del suelo donde todos los seres vivos -excepto unos pocos- cooperan para crear un hábitat armonioso. Las imágenes de plantas irrumpen en nuestra retina como una profusión de colores sorprendentes.
Los relatos que nutren estas pequeñas historias llevadas a la gran pantalla nacen de la mano de un ex- biólogo marino francés llamado Luc Besson.
Luc tuvo un accidente durante una inmersión y desde entonces se dedicó a escribir historias. Es sorprendente como una mala experiencia puede sacar lo mejor que hay en nosotros.
Él lo hizo y hoy su personaje Arthur, no solo se ha ganado el afecto de los pequeños, sino también de muchos de nosotros.
Como director y productor de cine, Luc nos ha obsequiado con sorprendentes cintas entre la que se encuentra la futurista "El quinto elemento", con Bruce Willis. Incluso alguno de los anuncios televisivos que hemos visto así como fondos teloneros en grandes conciertos -ver Love Profusion. con Madonna- llevan su inconfundible sello.
La vida muchas veces nos pone contra las cuerdas, pero quien dijo que todo ha de terminar en un accidente del que sobrevivimos. Comenzar de nuevo puede ser el reto más intenso y emocionante que jamás hallamos experimentado, no nos lo perdamos autocompadeciéndonos de nosotros mismos. Luc Besson nunca llego a ser biólogo marino y creo que al contemplar sus trabajos con los elementos de la naturaleza; podemos sentirnos agradecidos de ello. Escribió cuatro tomos con un personaje de dos milímetros, Arthur, y nos llenó a todos hasta impregnarnos de todo un universo Minimoys.
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