AROMAS QUE CURAN

Se dice que hay animales que pueden oler el miedo y que algunos son capaces de detectar a su presa desde una considerable distancia gracias a sus sensibles glándulas olfativas. Nuestro propio olfato nos previene contra serios peligros y puede provocarnos toda una serie de reacciones que básicamente nos atraen o nos alejan.

Animales y plantas se defienden de sus depredadores segregando una fétida sustancia que les desalienten de sus intentos. Aunque nosotros, que vivimos –según los antropólogos- en comunidad, procuramos que el olor que desprende nuestro cuerpo no sea repulsivo, o como les ocurrió a los reyes católicos que murieron “en olor a santidad”.
El efecto que puede causarnos un olor determinado afectaría nuestro apetito, estado de ánimo, interés e incluso nuestra salud.

Hace más de 3.500 años los sacerdotes del antiguo Israel preparaban –siguiendo instrucciones muy precisas- una fórmula a base de plantas aromáticas, un ungüento o incienso que vertían sobre las ofrendas. Éxodo 30:34,35 Reina Valera 1960.

El olor que desprendían esas hierbas [estacte, gálbano, olíbano,..] conjuntamente con otros aderezos que aliñaban para el sacrificio eran en suma “un olor conducente a descanso”. Levítico 2:2.Reina Valera 1960. Los levitas debían asegurarse concienzudamente de que el preparado tuviera ese efecto y no otro. Hace tantos miles de años que el grato olor de las plantas se relaciona con nuestro bienestar que ni es extraño que algunos estudiosos también les atribuyan propiedades curativas.

En los años 30, el prestigioso Dr. Edward Bach destiló hasta 38 esencias naturales que tendrían un efecto sanador a través de las emociones. Con el tiempo se clasificaron los distintos síntomas psíquicos en 7 categorías o estados emocionales:

1. Desaliento o desesperación.
2. Falta de interés en el presente.
3. Miedo.
4. Incertidumbre.
5. Hipersensibilidad al entorno
6. Excesiva Preocupación por el Bienestar de los Demás
7. Soledad.

Tratamientos de choque:

RESCUE REMEDY [Remedio de rescate]

Posología

Normalmente con dos gotas disueltas en agua es suficiente, aunque algunos se untan las muñecas, sienes o detrás de las orejas.

Un doctor de medicina general me dijo una vez que si tomas un medicamento con fe, entonces tienes más posibilidades de que funcione o de que produzca el efecto deseado con más rapidez. Todo esto me hace recordar una secuencia de Indiana Jones en “La última cruzada”. En la frenética búsqueda del santo grial, Indy se enfrentaba a una última prueba en la que tenía que saltar sobre un profundo abismo para salvar a su padre [Sean Connery] de una muerte segura. Desde el otro lado uno de sus más acérrimos enemigos, el señor Walter Donovan, le anunciaba a Jones que había llegado el momento en que necesitaría demostrar en qué creía, el profesor, se desangraba en el suelo y con voz entrecortada recordaba a Indy; -hijo, tienes que creer…, tener fe-

Bueno esta no es una traducción literal del guión de la película, pero más o menos fue así;…, si el protagonista no hubiese tenido fe, no habría dado el primer paso para salvar la vida de su padre.

Volviendo a la aromaterapia y otros remedios naturales, debo decir que durante mucho tiempo fui reacio a sus efectos en contraposición a la medicina tradicional, pero con el tiempo comprendí que al fin y al cabo, toda la medicina convencional extrae sus productos de la tierra, de las mismas plantas que un dependiente de arbolario nos vendería a granel. Las mismas personas que durante tantos años desconfiaron de la medicina natural, ahora venden los mismos productos macrobióticos en sus farmacias a las que llaman Parafarmacias.

En cualquier caso una esencia de Bach no puede hacernos daño, dos gotitas de castaño de indias que pueden por ejemplo curarnos de un horrible y estresante día, o quizá si todavía vivimos en el pasado, somos nostálgicos y añoramos demasiado lo que hemos dejado atrás, unas gotitas de esencia de Madreselva podría ser la solución. Creo que en este caso me tomaría todo el pote de un trago sin respirar.

Los remedios o soluciones son de lo más sugerentes, en una lista de 39 preparados desde la Agrimona hasta el Sauce:

• Experimentas un inexplicable desánimo.

• Dudas de tus capacidades para afrontar las tareas de trabajo cada lunes por la mañana.

• Afrontas demasiados cambios en tu vida y necesitas protegerte de las influencias ajenas.

Imagen de Sanna Mattson

Impatiens Impatiens glandulifera

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