Las estanterías de las librerías están llenos de ellos. Nuestra sociedad ha avanzado hacia una desconfianza impregnada de egocentrismo. Aunque quizá la palabra avanzado no sea la más adecuada si fuera cierto que lo que estamos construyendo se cimenta en criterios unilaterales y yoistas. El hombre, -o la mujer- a pesar de vivir en grandes comunidades, es muchas veces un ser aislado e introvertido, que rechaza la ayuda de otros. Nadie es capaz de comprenderle, ni siquiera sus familiares y amigos allegados, tampoco se comprende así mismo. Los estudiosos de la mente y el comportamiento humano han promovido la idea del self-service y la autoayuda. ¿En quien podrías confiar sin después sentirte decepcionado? Nuestro mundo está formado primero por nosotros y luego por los demás.
Lo que más se ha necesitado siempre en un naufragio –además de la esperanza de salir de esa situación, ha sido la compañía de otra persona. Desde Tom Hanks hablando con Wilson, una pelota de voleibol, o hasta el propio Robinson Crusoe conversando con su fiel “Viernes” -su única compañía en la isla- todos nosotros nos necesitamos. La autoayuda o el hágalo usted mismo viene como consecuencia del miedo a ser engañado o quizá a la ineficacia.
En la práctica de la jardinería casi siempre es mejor consultar otra opinión a pesar de las miles de impresiones y páginas en Internet con manuales o autoayudas.
0 comentarios:
Publicar un comentario