Dice la leyenda que los primeros sarmientos de malvasía llegaron a Sitges de la mano de un almogávar que, al comienzo del siglo XIV, acompañaba a Roger de Flor hasta el Mediterráneo oriental para luchar contra los turcos que acechaban el imperio bizantino.
Entre los siglos XV y XVII el cultivo de la malvasía se extiende por toda la cuenca del Mare Nostrum ofreciendo uno de los más esquistos vinos, favoritos para reyes y papas. Durante aquella centuria y la siguiente, la malvasía se exporta al rededor de Europa y también hasta las colonias ultramarinas, lo cual le confiere la acreditación de uno de los vinos catalanes más preciados de la época fuera de nuestras fronteras.
La llegada de la plaga de la filoxera, la aparición del champan y los elevados costes de producción marcaron el comienzo del fin para la malvasía.
EL LEGADO LLOPIS
Consciente de que su cultivo acabaría desapareciendo del todo, el año 1935, el diplomático Manuel Llopis de Casades -último heredero de la casa Llopis- quiso evitarlo legando a Sitges la viña de Aiguadolç y el negocio familiar de elaboración de malvasía que se había conservado a través de las diversas generaciones de sus antepasados.
Durante más de medio siglo, la Fundación Hospital Sant Joan Baptista se ha mantenido fiel al legado que había cedido Manuel Llopis de Casades. Tal y como se especificaba en el testamento, hoy día la institución envía todavía al albacea del legado 12 botellas de malvasía para dejar constancia de que continúa elaborando este sabroso producto.
No obstante, la creciente demanda de malvasía dulce y la elaboración -o recuperación- de otras propuestas como: El Blanco Subur, la malvasía seca y muy pronto un espumoso exclusivamente de malvasía han conllevado que en la última década la Fundación haya llegado a diversos compromisos con productores vinícolas con tal de disponer de más malvasía de Sitges y poder satisfacer esta demanda.
APADRINA UN CEP DE MALVASÍA
La campaña Apadrina un Cep de Malvasía de Sitges que ahora quiere poner en marcha la Fundación se inscribe dentro de este proyecto global. Al mismo tiempo, también desea implicar a todos los ciudadanos de Sitges y la comarca que creen que la malvasía es uno de los signos de identidad mes valiosos de nuestra población y en general a todas aquellas personas que amen el valor de las tradiciones.
Después de dos años de permanecer en reposo, recientemente en la viña que se encuentra al lado del Hospital, se han replantado unas 700 cepas de malvasía. Desde la fundación se pretende que el cultivo de esta viña sea totalmente ecológico y se convierta en "La Joya de la Corona" de la bodega del Hospital.
La apuesta por un cultivo ecológico tiene naturalmente un coste económico. Con el apadrinamiento de una cepa -o más de una- de malvasía, las personas interesadas en participar en la campaña ayudarían a sufragar una parte de la plantación y del crecimiento de estas cepas, que necesitan una atención constante y cuidadosa.
Tan importante como el tema económico lo es el aspecto simbólico de la campaña. El que se convierta en padrino o apadrine una cepa de malvasía recuperará, a través suyo, un pedazo de aquel pasado ya desaparecido de Sitges -y de tantas ciudades de nuestro entorno inmediato- en el que los hombres y las mujeres vivían arraigados a la tierra que les había visto nacer.
Audio promocional en CATALUNYA RADIO
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Las imágenes y el texto corresponden al tríptico promocional.
Traducción del catalán, Manuel Julián.
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