COSAS QUE NUNCA TE DIJE

Minas UPM

Los científicos han descubierto la extinción de especies que no sabían que existían. Por lo visto nunca las echamos de menos y ellas se habían acostumbrado a nuestra indiferencia.

Después de muchas décadas de investigación, estudio y prácticas de campo, nos hemos visto reflejados ante un espejo que no mentía al decirnos que realmente no sabíamos nada.

Hemos visto al trasluz de un rayo de Sol una mota de polvo flotando en un vasto y sobrecogedor universo. Si la naturaleza nos lo hubiese contado todo, pronto nos habríamos cansado de ella, como un niño que ha aprendido ha reconstruir su puzle tantas veces que ahora lo abandona por aburrimiento.

Quizá este fue el propósito del diseñador y Creador de los ecosistemas desde el principio:
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

Eclesiastés 3:11

..."sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el final" Eclesiastés. T. Reina Valera [RVR]

Hay cosas que la naturaleza nunca nos ha dicho, pero últimamente se ha cansado de mantenerse en silencio: Tsunamis, terremotos, huracanes, erupciones volcánicas…, su lenguaje nos asusta, pero no lo suficiente.

El ser humano es olvidadizo desde su infancia y después de una andanada de imágenes sobre tragedias en los noticiarios y periódicos, volvemos a nuestras rutinas, porque lo que ha ocurrido a tantos kilómetros de distancia,, da la impresión de que no nos afecta.

La tierra esperaba algo más de nosotros.

Alguna planta extinguida:

Arbustos bekja

Hoy no se sabe con certeza de qué clase de arbustos se trataba. Bekja es la voz hebrea bekja-´im que significa “llanto” o “lugar del llanto”, quizá haciendo alusión al comportamiento de la planta.

Algunos estudiosos en botánica opinan que se refiere a un árbol balsámico de la familia del álamo (Populus euphratica), las características de esta planta es que por su tronco rezuman gotas de resina o quizás una savia lechosa –el llanto-al que se hace referencia.

Populus euphratica

Las primeras citas sobre esta variedad arbustiva se remontan al año 460 a.E.C.

Se trata de una descripción de Esdras en el primer libro de las Crónicas. [1 Crónicas 14:14]. Esdras no era un simple campesino o amante de la botánica, era un erudito, un escriba del rey experto en idiomas, un investigador que había vivido por largo tiempo en Babilonia –la cuna de la ciencia y del saber de su época- cuando habló del arbusto cuidó los detalles de su descripción.

El murmullo de sus hojas agitadas por el viento permitió la victoria del rey David contra sus enemigos filisteos, ese sonido era la señal que Dios le había dado para tomar acción contra sus enemigos:

"Y suceda que, cuando oigas el sonido de un marchar en las copas de los arbustos bekja, actúa en ese tiempo con decisión"... 25 Por lo tanto David lo hizo así, ..., y fue derribando a los filisteos desde Gueba hasta Guézer.

La Traducción bíblica de Nacar Colunga de 1963 pág. 323, menciona a los arbustos como balsameras. Esta definición se refería al bálsamo que en aquella época se producía a partir de su savia.

v24."Cuando entre las balsameras oigas ruido de pasos, ataca fuertemente, porque es Yavé quien marcha delante de tí para derrotar al ejército de los filisteos"

Es posible que el ruido de agitación en las ramas o follaje de los arbustos no fueran una simple señal, sino un recurso natural para atemorizar al enemigo, puesto que el ruido era similar al de un ejército cabalgando en disposición de combate. Una maniobra en el arte de la guerra que todas las traducciones bíblicas atribuyen a Dios ya sea que lo llamen Jehová , Yavé -Yahweh- o por una antigua superstición judía omitan su nombre y mencionen en su lugar el Señor.

[Otras referencias en el 2º libro de Samuel capítulo 5 versículos, 23 a 25 y en el libro de los Salmos 84, verso 6].