TIJERAS de PODA
Cada mañana el señor Raventós, a pesar de su avanzada edad, subía en bicicleta hasta los jardines de Vallpineda. En el cesto de Pleita solo llevaba un serrucho de poda, unas tijeras de mano, otra para setos y una escoba de palma. Comprendí entonces con qué pocas cosas podía uno practicar la jardinería, quizá sin los sofisticados utensilios modernos de hoy.
La herramienta esencial ha sido siempre la tijera de poda, a la que algunos llaman tijera de mano [de una mano]. Se fabrican con materiales ergonómicos muy resistentes y recambios de todas sus piezas, con empuñaduras para diestros y zurdos.
No es una herramienta fácil de utilizar, se necesita práctica y hay que tener presente que su hoja de acero está extremadamente afilada.
La parte más gruesa y curva se llama yunque y soporta todo el peso del corte hasta que el filo se hunde abriendo el camino.
Se debe procurar que la rama que vamos a cortar encaje perfectamente en la parte más estrecha de ambas hojas y no en la punta. Por lo general, los cortes serán limpios si le ayudamos doblando ligeramente la rama hacia el suelo.
Cada mañana el señor Raventós, a pesar de su avanzada edad, subía en bicicleta hasta los jardines de Vallpineda. En el cesto de Pleita solo llevaba un serrucho de poda, unas tijeras de mano, otra para setos y una escoba de palma. Comprendí entonces con qué pocas cosas podía uno practicar la jardinería, quizá sin los sofisticados utensilios modernos de hoy.
La herramienta esencial ha sido siempre la tijera de poda, a la que algunos llaman tijera de mano [de una mano]. Se fabrican con materiales ergonómicos muy resistentes y recambios de todas sus piezas, con empuñaduras para diestros y zurdos.
No es una herramienta fácil de utilizar, se necesita práctica y hay que tener presente que su hoja de acero está extremadamente afilada.
La parte más gruesa y curva se llama yunque y soporta todo el peso del corte hasta que el filo se hunde abriendo el camino.
Se debe procurar que la rama que vamos a cortar encaje perfectamente en la parte más estrecha de ambas hojas y no en la punta. Por lo general, los cortes serán limpios si le ayudamos doblando ligeramente la rama hacia el suelo.
El corte
La sección siempre debe ser oblicua para que el agua de lluvia se deslice sin pudrir la rama. En la mayoría de los casos, se practica a unos dos centímetros por encima de la yema. Si la poda se realiza en las ramas más próximas a las raíces, es muy conveniente sellarlas con una pasta vegetal cicatrizante con la que evitaremos el desangrado de la savia.
Los mangos de una tijera se diseñan siguiendo los criterios más adecuados de confort y adaptabilidad, pero el usuario debe asegurarse de que la empuña firmemente y sus componentes encajan adecuándose a la mano sin fricciones, de otro modo, después de una prolongada sesión de cortes, podríamos sufrir desagradables llagaduras.
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Tipos de tijeras
Lo que determina lo idóneo de la herramienta es el uso que vamos a darle, por ejemplo, para una poda de rosales no necesitamos una tijera de gran amplitud de corte, pero sí la necesitamos para otras ramas más leñosas. En estos casos incluso una tijera de mangos largos [de dos manos] podría resultar muy útil.
Otros modelos se han fabricado con un yunque más ancho y neumático para que el esfuerzo lo haga la propia tijera en lugar de nosotros.
Hay tijeras que son específicas para un tipo concreto de plantas, como en el caso de los rosales, otros tipos de tijeras se consideran universales, es decir para cortes hasta algo más de dos centímetros de diámetro.
Entre los principales fabricantes de herramientas profesionales cabe destacar los siguientes:
SANDVIK, BAHCO, BELLOTA y ALTUNA.
Todos los demás desde GÁRDENA en adelante, podríamos considerarlos de uso doméstico.
Conservación
El primer cuidado de las tijeras es el de no dejarlas caer al suelo, las vaídas destemplan el acero y pueden ocasionar serios desperfectos. Jamás utilicemos unas tijeras de poda para cortar alambres aunque se trate del cosido en los Brezos. La parte más valiosa de la tijera -su cuchilla- puede mellarse con facilidad y obligarnos a reemplazarla.
Después de cada uso es conveniente limpiarla de resinas y otros restos vegetales por medio de un paño humedecido en agua jabonosa o alcohol, después de esto puede aplicarse algo de aceite lubricante. No tiene porque ocuparnos más de cinco minutos, pero con este trato, conseguiremos prolongar la vida de la herramienta durante un tiempo considerable.
Los jardineros profesionales siempre llevan la tijera sujeta a la cintura en una funda de cuero. He visto fundas hechas a mano y tijeras muy trabajadas que tienen una antigüedad igual o superior a los cien años. Tijeras que podaron innumerables hectáreas de viñas, árboles frutales y arbustos. Podían parecer algo toscas, de mangos de madera o hierro desnudo y desgastado, pero al contemplarlas no podía menos que llenarme de un profundo respeto por su dueño, o quizá por las generaciones que continuaron usándola. Con ellas pudieron practicar pinzados, podas de profundidad, otras de formación. ¡Cuánto valor ornamental pasaron por esas manos!, sabias manos que dirigían el corte de manera precisa, meditada y respetuosa, sin precipitaciones, un verdadero arte de resultados asombrosos.
8 comentarios:
hola! por situaciones de la vida me noto en la situación de querer salvar mi propia planta, no se como pero tus palabras me hacen ver las cosas con perspectiva y me da fuerzas y me hace darme cuenta que tengo una planta por ahí que está amarilleando.
Gracias por tu inesperada ayuda, un saludo!
El cuidado del jardín es muy importante, sobre todo para el control de plagas.
Esta genial este artículo dejulias garden. Es importante el cuidado del jardín. Para el tema de los instectos
Ya era hora de que hubiera un artículo serio en lo que respecta a la poda en jardín. Normalmente te informan de casos muy concretos pero no se ofrecen consejos y sugerencias como estos que puedan comtemplar las situaciones más básicas y que vienen bien a un amplio sector de ususarios.
Es curioso como hay gente que todavía no se ha dado cuenta de que la limpieza es fundamental para alargar la vida de nuestras herramientas de jardín. Se suele acabar con la tarea cansado y se menosprecia esta última fase del trabajo o tarea hasta el punto de dejar pasar meses.
Es funtamental concienciarse de que no se ha terminado nada hasta que las herrameintas ( y con más razón las tijeras de podar) están ya limpias de agua, sabia o restos de ramas.
Quería felicitar a los realizadores de este post que me parece muy acertado porque dan soluciones y consejos concretos.
Me gustaría saber si existe algún tipo de líquido especial para limpiar las hojas de las cuchillas santo de los restos de haberlas afilado como de la resina que se queda en ella.
Hay ocasiones en las que se te olvida pasarles un trapo y cuando vuelves a usarlas te las encuentras con una suciedad difícil de quitar ya que la resina de algunas plantas es muy persistente y dura cuando se solidifica.
Está claro que lo más importante es una breve limpieza a tiempo pero también quisiera estar informado porque serían líquidos que utilizaría para varias herramientas a la vez.
Me he alegrado de encontrar este sitio. No es fácil ya en internet respuestas sensatas y acordes con los usuarios más modestos
Esto hace que uno acabe comprando cosas que no necesita por falta de información, pero también que agradezca el interés y la molestia que se toman los buenos profesionales como este caso para echarte una mano en tus intentonas jardineras. Enhorabuena, juliansgardens!
Me ha encantado el artículo especialmente la última parte donde se habla el respeto que se debe sentir hoy día por las herramientas de trabajo de la misma forma que lo tuvieron aquellas personas, buenos profesionales ya pesar de manejar unas más todos casi rudimentarias ponían todo su cuidado con ellas. Con más razón tendríamos que hacerlo hoy día, que existen modelos de todo tipo adaptados técnicamente para diferentes modalidades de poda.
Para información de quiénes estén interesados o como dato curioso si me lo permiten, quisiera portar algunos datos sobre las tijeras de podar y las panaderas.
En principio su nombre es podadera, aunque la expresión tijeras de podar es la más establecida por la sencillez que hay entre función y objeto.
No obstante hay que distinguirlas porque existen objetos distintos para cada nombre.
De hecho están las tijeras de podar, con las hojas curvas y después vienen la podadera de yunque, la podadera de brazo largo, y la podadera de varilla.
El tema del mellado de la hoja es más importante de lo que parece. Con poco que la sometas a cortar un material más compacto que no sea la madera de las ramas o los troncos carnosos de las plantas, ya se le pueden quedar marcas para siempre.
A mí me ha ocurrido que un día podando no me dí cuenta del saliente de un alambre de colmenilla que se había desmambrado y tenía un saliente justo detrás del seto que estaba perfilando y, aunque lo llegué a cortar, se notó un pequeño interrupciín en el roce de las cuchillas. Cuando me detuve a comprobarlo había quedado una mella de algo menos de un milímetro en el filo de ambas hojas de mi podadera.
Cada vez que las afilo va quedando menos, pero está tardando mucho en desaparecer esa deformación a base del desgaste del afilado.
Fue accidental y con un alambre fino, pero no quiero imaginar el destrozo que se le puede llegar a hacer a la superficie del filo si se usan a propósito para cortar materiales indebidos
Me parece muy acertado y quisiera recalcar lo importante que es tener en cuenta detalles como procurar que la rama que vamos a cortar encaje perfectamente en la parte más estrecha de ambos filos y no en la punta te ayudemos ha dicho corte flexionando ligeramente en dirección al suelo la rama.
Está claro que estos son consejos de profesionales. Los pequeños detalles es donde se aprecia ese matiz de hay entre el aficionado y el que se dedica a la jardinería de manera mas profesional.
Por supuesto como he leído en algunos comentarios anteriores el aseo y la limpieza de nuestras herramientas es fundamental. La dejadez después de un duro día de trabajo entre jardines suele aparecer en el momento más inoportuno y hace que estemos muy propensos a meter la pata dejando olvidadas las tareas de mantenimiento finales.
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